En esta nueva conversación te propongo algunas reflexiones acerca de un tema central para mí en la relación con las personas en situación de discapacidad: la comunicación no verbal. Si algo he aprendido estos últimos años en el trato con mis amigos y alumnos en situación permanente de discapacidad es que nuestra comunicación abarcaba mucho más que las palabras, incluso que los gestos.
Estamos hablando de transmitir e intercambiar sensaciones, deseos, emociones con personas muchas veces incapaces de articular una sola palabra, de emitir algún sonido mínimamente inteligible. Para mí al principio era un verdadero problema, ya que estaba acostumbrado a intercambiar con los demás palabras, gestos y emblemas más o menos comunicativos. Pero pronto fui dándome cuenta que la comunicación fluye como un manantial y que sólo tu bloqueo o miedo a no entender puede frenar tal caudal de mensajes y señales provenientes de tu interlocutor mudo.... Pronto pasé a ser un alumno aventajado y los demás solían recurrir a mí para interpretar a Manolo o a Juan, Mavi o a Antonio.... Para mí empezaba a ser relativamente fácil, simplemente tenía que relajarse y abrir los poros de mi piel para dejar que penetraran señales e informaciones que me llegaban de las manos, los ojos, las miradas, las posturas, las muecas... Cuando empiezas a conocer las claves por las que se rige una persona resulta muy fácil comunicarte a través de una sonrisa, una mueca, un gesto de las manos, u movimiento eléctrico de la cabeza, una expresión sutil en la cara...
Pero existen muchas más formas de comunicar sin la palabra o implementando la palabra como por ejemplo las manos; con ellas podemos crear 700.000 signos diferentes, combinando movimientos de los brazos, las muñecas y los dedos; con la postura: adoptando una postura u otra manifestamos muy diversas sensaciones y emociones. Adoptamos posturas para intercambiar sentimientos, para escuchar, para dar y recibir afectos.... ¡Cuánto se puede llegar a transmitir con una postura¡
Comunicar es, básicamente, intercambiar emociones. La comunicación tiene una alternativa, la in-comunicación, la soledad y el abandono; hay que lograr que comunicarse sea más probable que no comunicarse. La imaginación abarca mucho más campo que la propia realidad en la que estamos inmerso; es necesario mantenerse abierto a la innovación, dispuesto a correr riesgos, a perder el sentido del ridículo, a incrementar el sentido del humor; aprender a extraer de cada interacción aquello que te resulte positivo y gratificante y, sobre todo y como consecuencia de ello, disfrutar siempre de la belleza emocional de la interacción humana. No olvides nunca, amigo, amiga, que estamos hablando siempre de seres humanos. Y esa es la gran noticia.
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