APRENDER DE LOS PROPIOS ERRORES.
Una oportunidad para mejorar la comunicación en situaciones de discapacidad.

Te propongo ahora una conversación sobre un tema para mí central en el ámbito de la discapacidad y no es otro que la comunicación, es decir, la forma en cada uno de nosotros, cualesquiera que sean nuestras condiciones y capacidades, nos manifestamos hacia adentro y, también, hacia fuera. En esta ocasión te planteo una conversación sobre la importancia que tiene para mejorar nuestra comunicación el aprender de los errores propios y, por qué no, también de los ajenos.

Deberíamos cambiar esa tendencia a veces perniciosa que tenemos de fustigarnos cada vez que cometemos un error; quizás nos iría mejor pensar que errar es de humanos y una excelente oportunidad para rectificar, ajustar la dirección en la próxima ocasión que se nos plantee aquella situación o circunstancia que motivó nuestro error.

El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada, decía Goethe. Cuántas veces por miedo al error dejamos de actuar por si acaso...: en cuántas otras adolecemos de falta de iniciativa por temor a equivocarnos. Errar es de humanos, sí, y tenemos que aprender a concebir y a asumir el error de una forma natural y positiva. La gestión que hacemos del error es un potente y fiable indicador de cómo nos las gastamos en nuestras interacciones. Yo creo que la gente que mejor se conduce en el ámbito de las relaciones personales a parte de otras consideraciones se debe a cómo gestionan sus propios recursos humanos cuando cometen errores; no es la cantidad de errores cometidos sino el cómo afrontamos cada situación en la que podíamos haber hecho esto en vez de aquello o no haber dicho aquello...

En la segunda parte de la presentación que quiero compartir contigo expongo lo que para mí son los siete errores capitales de la comunicación en situaciones de discapacidad, que no es más que una forma literaria y algo pomposa de acometer algunos errores centrales en las relaciones personales tal como yo las he vivido y percibido estos últimos años.
Son siete pero podían ser 5, 12 ó 23, lo importante es que sepamos desgranar los distintos planos de la comunicación en los que cometemos los errores. Minusvalorar las capacidades que tenemos y utilizarlas muchas veces por debajo de su nivel, ignorar las ocultas por falta de uso o por adoptar una actitud constante de resignación o desidia, no hacer o dejar lo que estábamos haciendo por si acaso...; presuponer siempre sin dejar que las cosas fluyan de forma natural y espontánea, gastar más energía en analizar el problema que en resolverlo, premiar sólo los aciertos y castigar, a veces de forma muy severa, los errores, son algunos de los errores más comunes que solemos cometer y que, desgraciadamente, ponen barreras a unas relaciones con nosotros mismos y con los demás que nos permitirían ir más allá, progresar como seres humanos y, desde luego, incrementar nuestra cuota de felicidad y calidad de vida.

Preparémonos mejor para aprender de los errores, seamos positivos y no dejemos en ningún caso que ninguna situación de menor capacidad para hacer algo nos limite hasta el extremo de no actuar o interactuar por miedo al error, al qué dirán o, lo que es peor, por considerarnos inaptos para ello. Como bien dice Ken Robison “si no estás preparado para equivocarte, nunca te ocurrirá nada original”: Vive tu vida, sé original en tus relaciones, es más fácil de lo que parece: elimina tus miedos, no te resignes nunca, no tengas miedo a equivocarte, actúa pensando en lo que eres más que en lo que tienes o no tienes; yo no tengo ninguna duda, eres mucho más de lo que consigues y mucho menos de lo que puedes conseguir; lo sé porque me pasa a mí también.

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